viernes, 31 de diciembre de 2010

La galería de arte Carlos Bermúdez abre sus puertas

Tras una larga espera desde que la galería de arte Carlos Bermúdez ofreciera su última exposición en junio de 2010, de la mano de la artista Cristina Ybarra, ahora ha vuelto a acoger las obras de los artistas contemporáneos y lo hace con Eugenio de la Cruz.
La galería estrena su temporada con una muestra colorida de bodegones y paisajes urbanos imbuidos en el lenguaje modernista.

Hoy día las galerías de arte se enfrentan a una dura competencia no ya sólo por la calidad de los artitas que bañan las salas de arte, sino por la dura crisis que está acuciando que la sociedad no invierta en arte en estos tiempos. Pero no hay que dejar de ser optimistas y por supuesto, no se puede abandonar el mundo del arte ya que se trata de un ámbito que construye y alimenta no sólo la cultura popular sino la cultura del alma.

También es cierto que ahora los grandes mecenas son los que se aprovechan de esta decadencia económica de las piezas de arte para conseguir obras de gran calidad a un precio muy asequible.

Las galerías de arte representan en este sentido, la casa en la que se albergan y se descubren artistas ocultos antes para la sociedad. Asimismo, los directores de las galerías tienen un papel fundamental en la elección de sus exposiciones y de los candidatos a brindar su obra a los espectadores y posibles compradores.

El pintor anónimo

Juan Manuel Ayala no acostumbra a firmar sus obras pero la rúbrica no es necesaria para identificar su estilo, sus texturas y el conjunto de su obra.





En la plaza de San Rafael se encuentra emplazado el taller de uno de los pintores cordobeses más entrañables y que se mantiene en la más absoluta intimidad y austeridad. Y es que Córdoba ha dado como fruto de su cultura y de su riqueza patrimonial, grandes artistas que se sientan a pintar en medio de la soledad, las pintorescas calles de la ciudad y sus personajes cotidianos.

Lejos de la fama ansiada por muchos de los artistas de nuestro tiempo, Juan Manuel Ayala cultiva su arte no para la admiración de la humanidad sino como desarrollo de su espiritualidad y de su persona.

Un artista no es un artesano pero del mismo modo, no sólo se realiza como tal magnificando su obra, sino también, prestando sus dotes artísticos para realizar encargos que requieren de su maestría.

En este caso, es sólo un grupo reducido de familiares y amigos los afortunados con los que comparte su vida y el don más preciado que tiene, la pintura. Y en ocasiones realiza trabajos de restauración como la intervención pictórica en el palio del popular Cristo cordobés, el Rescatado, el cuál gracias a su colaboración pudo lucir sus colores originales durante la Semana Santa 2010.

La obra de Ayala es muy rica, en ella podemos encontrar pinturas sobre tabla con tintes flamencos como los retratos al estilo de los hermanos Van Eyck, o las representaciones de la Madonna de expresiones renacentistas que recuerdan a La Virgen de las Rocas de Leonardo Da Vinci.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El pensamiento en la boca

Este es el título de la exposición que se encuentra abierta en la sala Vimcorsa, desde el día 19 de noviembre hasta el 9 de enero, y cuyo tema principal es la cocina. Los visitantes se encontrarán con un espacio lleno de obras sugerentes y en las que los colores y las formas enmascaran todo un mundo de erotismo y surrealismo.



A lo largo de la galería podrán sumergirse en los lienzos de paisajes conceptuales y podrán observar algunos retratos de estilo cubista. Sin embargo, su asombro no descansará al pasar la habitación central en la que un juego de luces y sonidos recrearán los ambientes cotidianos en los que los artistas han confeccionado sus obras. Unas obras de lo más cotidiano y doméstico, pero con una imaginación sin fronteras que permite al espectador la interactuación con la obra y la penetración en los ambientes sociales para los que están concebidas dichas obras.

El último pasillo conduce al espectador a través de un regusto a pan caliente, y si van entenderán el por qué de esta expresión, a un ambiente artístico modernista y costumbrista basado a su vez en la comunicación.

Algunos de los artistas que han colaborado son: Chema Alvargonzález, José María Baez, José María Bermejo, Escuela de Arte de Jerez y Escuela de Arte de Sevilla, Antonio Hito, José Jiménez, Jesús Palomino e Ignacio Tovar entre otros muchos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Una iniciativa pionera para salvar el arte

68 artistas donaron sus obras para la subasta celebrada en el Palacio Episcopal, y cuyo objetivo era la recaudación de fondos destinados a restaurar las piezas del museo diocesano.



La subasta celebrada en el día 11 de diciembre el Palacio Episcopal estuvo dirigida por Rafael González, periodista de la cadena COPE, y María José Muñoz, directora del Museo Diocesano.

Comenzó a las 19:00 h. con los nervios iniciales que se apaciguaron cuando se animó el primer postor de la sala con la obra de Eduardo Aparicio, Ribera del Guadalquivir. Si bien, la directora del museo reconoció que estamos ante unos tiempos muy difíciles para el arte y que esta subasta había sido posible gracias a la colaboración incondicional de los 68 autores que habían donado sus obras.

El acto contó con la presencia de más de 300 personas entre las que se encontraban distinguidos artistas expectantes ante la exposición de sus obras. En la presentación del tema de la subasta “Arte para el arte”, cuya ilustración responde a una de las cinco tablas del S. XIV, denominadas el Políptico de la leche, Muñoz hizo hincapié en el gran patrimonio artístico que posee el museo diocesano y explicó la necesidad urgente de restauración que requieren más de 25 obras.

El sistema de puja, por el que cualquier asistente podría ser postor, consistió en alzar la mano por la obra deseada. Las pujas incrementaron el precio a 10 euros en obras cuyo valor era inferior a 1000 euros, y de 50 euros para las obras superiores a este precio.

Participaron artistas de reconocido prestigio como José Manuel Belmonte, que donó la obra Posible Desequilibrio valorada en 2.500 euros; Antonio Castilla que presentó su Paisaje con un precio de salida de 900 euros; y Marco Augusto Dueñas quien dotó a la colección de dos esculturas el Ángel de la Anunciación y el Sagrado Corazón de Jesús que fue vendido por 2000 euros.

En total se recaudaron unos 16.000 euros con la adquisición de unas 30 obras durante la subasta, todo un desafío que se ha superado hasta alcanzar los 20.800 euros tras el dilatado tiempo de compra mientras ha permanecido abierta la exposición.